Mi padre – Los límites – Yo
Una de las cosas que nos aporta el padre es ser capaces de poner límites, tanto hacia los demás como hacia nosotros mismos.
Cuando no somos capaces de poner límites a los demás podemos caer en situaciones de abuso o vernos haciendo cosas que no queremos hacer tan solo porque otras personas nos lo piden. Cuando no somos capaces de ponernos límites a nosotros mismos caemos en las adicciones: abuso de sustancias como el alcohol u otras drogas, adicción a los videojuegos, la ludopatía, el sexo o incluso el deporte realizado de forma desmedida.
En muchas ocasiones el no tomar al padre o la ausencia de este en nuestra vida produce estas situaciones en las que no somos capaces de establecer los límites.
En este ejercicio veremos y podremos trabajar como nos encontramos frente a los límites y a nuestro padre. También podemos codificar los límites como «los límites hacia los demás» o «los límites hacia mí mismo» si observamos que tenemos una especial dificultad en alguno de los espacios.
Si las personas que realizan el ejercicio son pareja es recomendable al acabar decirle al otro «él es mi padre y tú eres mi pareja» para evitar proyecciones una vez finalizado el ejercicio.